Los pronósticos astrológicos, bien elaborados y de forma ética, así como bien entendidos, deben tener la función de orientarnos, darnos pistas para mejor entender en qué momento nos hallamos y cómo preparar el camino para el futuro.

Kepler decía que “los pronósticos solo deben ser leídos por personas inteligentes, eruditas y serenas”.

Seguramente, el gran astrólogo, astrónomo y científico quería ponernos en guardia ante nuestra propia actitud: si hacemos un mal uso de los pronósticos, desvirtuaremos su auténtico valor, que es, ni más ni menos, el de servirnos como una guía, a partir de la cual poder tomar nuestras propias decisiones. Y es cierto, en última instancia, el cómo leamos o interpretemos los pronósticos pueden cambiar mucho las cosas.

Para empezar, preguntáis con frecuencia qué pronósticos debéis leer, si los de vuestro signo zodiacal o los del Ascendente; a veces, incluso, si deberían ser los de la Luna.

Los pronósticos astrológicos generales que elaboramos para la web –que, por supuesto, no van dirigidos a una carta astral personal- van enfocados, en primer lugar, al signo solar, es decir, al signo que ocupaba el Sol en el nacimiento de cada cual o, lo que es lo mismo, al signo que pertenecemos.

Sin embargo, si queremos tener más pistas o un panorama más completo de los que nos dicen los astros, convendrá leer los pronósticos para los tres signos (Signo Solar, Signo Ascendente y Signo Lunar), puesto que entre los tres configuran lo que somos, la base de la personalidad o el temperamento y, por ello, también son guías del destino.

Con una lectura atenta podremos diferenciar, incluso, entre unos y otros del siguiente modo: los pronósticos del signo solar afectan especialmente al eje central de nuestra vida, a lo que somos y al proyecto vital; los pronósticos del Ascendente afectan, sobre todo, al físico, a la disposición física y moral, al color del cristal con el que vemos el mundo y enfocamos las cosas; finalmente, los pronósticos de la Luna influyen especialmente sobre las experiencias y las reacciones emocionales a todo cuanto acontece en nuestras vidas.

Por supuesto, la Astrología es mucho más compleja que esto, y también los pronósticos en sí mismos, porque la carta astral es un todo en el que intervienen todos los planetas, los doce signos, las doce casas y otra serie de factores clave. Además, curiosamente, una carta astral no es algo aislado, sino que, a su vez, funciona como un gran todo con las cartas astrales de las personas con quienes convivimos y compartimos tiempo y experiencias. De tal modo que siempre hay numerosos factores implicados.

De ahí que los pronósticos siempre deben ser leídos con prudencia y sabiduría, como aconsejaba Kepler.

Por otra parte, son varios los influjos astrales que podemos tener al mismo tiempo, siendo siempre los planetas más lentos los que influyen durante más tiempo y a más largo plazo. Por ejemplo, si nos afecta un tránsito de Plutón, lo hará durante años, mientras que un tránsito de la Luna influye únicamente durante días. Serán cuestiones a tener en cuenta para saber priorizar los influjos astrales que señalen los pronósticos.

Mi misión, aquí, es enfocar los pronósticos de forma que os resulten sencillos de entender y, sobre todo, útiles para la vida cotidiana y el crecimiento personal. Pero, como ya he explicado, la lectura e interpretación que hagáis de ellos será decisiva, pudiendo marcar la diferencia para estar realmente despiertos.

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