¿QUÉ ES EL HORÓSCOPO Y DE DONDE PROVIENE?

La palabra horóscopo procede del griego (ωροσκοπος), compuesta de hora (ὥρα) y skopeó (σκοπέω). Significa miro la hora. Es una clara alusión a la importancia que tiene la hora de nacimiento para calcular una carta astral, y cómo ese factor determina el Ascendente, punto zodiacal o signo que se levanta por el horizonte Este en un momento dado.

De modo que, hablando en rigor, el horóscopo no es el signo del Zodiaco al que pertenecemos, sino el Ascendente, el punto más personal de una carta astral. De hecho, el Ascendente nos identifica de un modo claro, dice quiénes somos ante el mundo. Representa los inicios de nuestra vida, además de la forma en que funcionamos y nos mostramos ante el mundo.

A partir del Ascendente, es decir, del punto zodiacal que representa el nacimiento, la carta astral contiene doce casas y doce signos entre los que se distribuyen los planetas, tal y como estaban en el cielo de nacimiento para un momento y lugar determinados. Pero la carta astral no es algo estático. Es correcto decir que el ser humano va experimentando cambios o una evolución vital conforme el Ascendente (Horóscopo) va recorriendo el mandala que constituye la carta astral natal.

 

¿CUÁL ES TU HORÓSCOPO?

El Ascendente marca el modo que tenemos de enfocar la vida y de canalizar nuestras energías, representando las disposiciones físicas y mentales. También podríamos añadir que es el color del cristal con el que miramos el mundo. Desde el momento en que vemos el mundo a través de un determinado prisma, actuamos a través de él e interpretamos el mundo en función del mismo.

Sin embargo, en la actualidad, la palabra horóscopo se ha hecho polivalente -por desconocimiento- y se usa tanto para referirse a los signos del Zodiaco como a la Carta Astral en su conjunto. Así, por ejemplo, es normal que la gente se pregunte de unos a otros: ¿qué horóscopo eres? O ¿cuál es tu horóscopo? Una señal de que suele haber interés por la otra persona, hasta el punto de usarse con frecuencia como estrategia para ligar. La gente no sabe que, en realidad, esta pregunta significa: ¿a qué signo del Zodiaco perteneces?

Es usual, pues, usar la palabra horóscopo para referirse indistintamente al signo del Zodiaco o a la Carta Astral en su conjunto. Pero, como vemos, la palabra horóscopo tiene un significado mucho más concreto y, a la vez, profundo del uso que se le suele dar, además de implicar toda una cultura astrológica en la que intervienen la astronomía, las matemáticas y el mito.

Pero ¿en qué consiste la diferencia entre Horóscopo y Zodiaco?

 

HORÓSCOPO VERSUS ZODIACO

En el momento de nacer, el Sol, visto desde la Tierra, discurre sobre un telón de fondo representado por un determinado signo del Zodiaco. Ese es nuestro signo zodiacal, y por eso siempre tenemos el Sol en nuestro propio signo. El signo cambia cada mes.

En cambio, el Ascendente o el Horóscopo, como hemos visto, depende del lugar, la fecha y la hora.

Para saber qué es más importante o cómo funciona cada uno, entre el Ascendente y el signo solar, te recomiendo leer: ¿El Ascendente o el signo solar?

Así pues, Horóscopo y Zodíaco son dos conceptos muy distintos; éste precede a aquel en miles de años.

Pero, ¿qué es y cómo surge el Zodiaco?

 

EL ZODIACO

Los hombres primitivos vivían más en contacto y a merced de la Naturaleza que nosotros. De ahí nació su necesidad de observar, anotar y medir todo cuanto les rodeaba: de ello dependía su supervivencia. Algunos acontecimientos que a nosotros nos suelen pasar desapercibidos -aunque siguen siendo necesarios para nuestras vidas- llamaban poderosamente su atención y su curiosidad por su carácter cíclico. Destacaban algunos tan aparentemente sencillos como la salida y la puesta del Sol y de la Luna, así como los momentos en que alcanzaban su mayor elevación.

También se percataron de que muchas estrellas eran fijas, esto es, a pesar de que se las viese dar muchas vueltas alrededor de la Tierra, siempre estaban en una misma posición relativa. A muchas de estas estrellas las agruparon en constelaciones para conocerlas mejor y, sobre todo, para que les sirvieran como telón de fondo para medir los recorridos y las posiciones del Sol, la Luna y los planetas. Sin embargo, había otras “estrellas” que constantemente estaban cambiando de lugar, por lo que se dedicaron a prestarles mayor atención y a efectuar un mayor seguimiento. Más tarde, a estas “estrellas” los griegos las llamarían “planetes”, que significa estrella errante.

El calor y el frío venían marcados a golpe de las estaciones, y éstas se producían cuando el Sol pasaba por determinados puntos de su aparente trayectoria anual. Fueron todas estas observaciones las que dieron lugar a los calendarios, totalmente necesarios para adaptarse, y sobre todo anticiparse, a la Naturaleza. Eso permitiría aprovechar mejor los recursos como la caza, la pesca, la recolección y la agricultura. Como es lógico, con el paso del tiempo los calendarios se irían reformando y perfeccionando, pero siempre, incluso ahora, con el mismo objetivo final: adaptarnos al Cosmos.

Efectivamente, al ser humano le interesaba poder predecir. Indudablemente, la mejor herramienta para ello y con la que la Astrología contribuyó definitivamente a la evolución de la humanidad fue el calendario.

La necesidad de mejorar constantemente esas observaciones, forjó en el espíritu humano una afición por arquitecturas gigantescas mediante las cuales poder acercarse más a los astros. Así nacieron los zigurats, como se llamaban las torres-observatorios que se construyeron en torno al año 3.000 a.C. por toda Mesopotamia.

Gran parte de las fuentes documentales se perdieron en la noche de los tiempos, pero parece que fue entre las tierras del Tigres y el Eúfrates donde caldeos, babilonios y asirios se apercibieron por primera vez de que el Sol y la Luna siempre discurrían aparentemente por el mismo camino: un cinturón celeste de unos 16 grados de ancho, por lo que empezaron a darle importancia prioritaria a esa zona del cielo.

Esa zona acabaría siendo el cinturón zodiacal. El hombre no inventó el Zodíaco, lo descubrió.

Si eres una de las personas que ha nacido a caballo entre dos signos y no sabes cuál de los dos es el tuyo, te recomiendo este artículo: Nacidos entre dos signos

 

LA CARTA ASTRAL

Para terminar de entender estos conceptos tan básicos, debemos describir qué es y en qué consiste una carta astral. Se suele decir carta astral natal porque habitualmente se hacen para el momento de nacer, pero también se elaboran cartas astrales para otros momentos, como puede ser para empezar un negocio.

Una carta astral es un mandala que refleja las posiciones del Sol, la Luna y los planetas para un determinado lugar y momento. Además, contiene una serie de factores que son imprescindibles, como los doce signos del Zodiaco, las doce casas, los aspectos interplanetarios o distancias angulares entre los planetas.

Una carta astral sirve para conocerte mejor a ti mismo, entender tus grandezas y tus flaquezas, a partir de lo cual poderte superar a ti mismo, saber cuáles tus principales ciclos, etc. Sin embargo, como todo saber, la Astrología tiene sus limitaciones, y no todo se puede saber, aunque esos conocimientos pueden llevarte a una importante transformación. Tu carta astral describe, pues, tu signo solar, pero también dónde estaba la Luna y los demás astros, así como la explicación de cómo eso influye en tu temperamento y destino. Por supuesto, también describe tu horóscopo, es decir, tu Ascendente, que es uno de los puntos más definitivos y trascendentes de cualquier carta astral.

Si quieres saber más sobre cartas astrales o conocer tu carta astral y su interpretación, te recomiendo este enlace: Cartas Astrales

 

HORÓSCOPO Y CARTA ASTRAL

La carta astral individual más antigua de la que se tiene constancia es de Babilonia y data del 410 a.C., en escritura cuneiforme. Hasta entonces solo se hacían cartas para determinar el clima, las cosechas, los momentos para declarar una guerra, para construir una ciudad…

Pero los primeros horóscopos de los que se tiene constancia, es decir, en los que se tiene en cuenta la hora exacta del nacimiento, son griegos y datan del año 70 a.C.