Trato este tema únicamente para responder a una de vuestras preguntas frecuentes.

El Vertex se sitúa en el lado opuesto al Ascendente y, de algún modo, se define como algo que indica cómo nos ven los demás, así como las expectativas que tenemos por la reputación que hayamos conseguido. En cierto modo, es lo que los demás esperan de nosotros en función de lo que hacemos, cómo nos comportamos o y lo que aportamos al mundo. Si el Ascendente es nuestra forma de mostrarnos ante el mundo, el Vertex es la forma en que los demás nos interpretan.

Tiene una importante componente de destino. Al parecer, no podemos cambiar significativamente lo que señala el Vertex, puesto que involucra a las otras personas y, en consecuencia, no depende únicamente de nuestra actitud. Es como si ciertos acontecimientos de nuestra vida nos obligasen a crecer en el punto que señala el Vertex, a aprenderlo a la fuerza. Así pues, tiene un condicionante kármico y señala algo que nos obliga a crecer para ser más completos, como si se tratase de una asignatura pendiente que debemos asumir necesariamente.

El Vertex forma un eje de opuestos con el Antivertex que, en cierto modo, se asemeja a la función de los Nodos Lunares, de tal suerte que la función del Antivertex sería similar a la del Nodo Sur (facilidad, familiaridad, fluidez), mientras que la del Vertex se asemejaría al Nodo Norte (complejidad, extrañeza, obstáculo). Un eje, en cualquier caso, que también conviene trabajar para lograr el equilibrio.

No obstante, conviene advertir que es otro de estos puntos de reciente irrupción en el panorama astrológico a los que se está dando una importancia exagerada que, sin duda, no merece. De modo que, si os adentráis en este tema y sus posibles interpretaciones, os aconsejo mirarlo con cierto distanciamiento.